Convocar a la reflexión

Jornada sobre infancia trans

Días atrás se llevó a cabo una Jornada de Sensibilización sobre Infancia Trans que se denominó “Por una infancia trans, sin discriminación ni violencia”.

El encuentro se concretó el 2 de junio en el Auditorio Atahualpa Yupanqui de la Unnoba y estuvo organizado por la Secretaría de Seguridad, a través de la Dirección de Asistencia a la Mujer y la Familia, el área de Diversidad que depende de la Secretaría de Desarrollo Social, la ONG Diversidad Pergaminense, y Adunoba.

Antes de llevar a cabo la jornada, la directora de Asistencia a la Mujer y la Familia Romina Yaryura, presentó a las disertantes del encuentro. Una de ellas fue Gabriela Mansilla, quien presentó el libro “Yo nena. Yo princesa”. Y la otra oradora fue Valeria Paván, quien presentó el libro “Niñez trans. Experiencia de reconocimiento y derecho a la identidad”.

“Se trata de la visibilización de la infancia trans. Es una jornada muy importante para nosotros y nos causa mucha emoción poder tener en Pergamino y contar con estas mujeres de lucha, que han sufrido experiencias difíciles pero también con un mensaje muy positivo porque han sabido sobrellevar y sobrepasar esas experiencias difíciles. En un mensaje impregnado de amor, confianza y solidaridad”, dijo Romina Yaryura.

Gabriela Mansilla agradeció la invitación y remarcó la importancia de hablar del tema, instalarlo y poder dejarle un mensaje a la sociedad. “La genitalidad no define la identidad de una persona. Uno es más allá del cuerpo, hay niños y niñas que están esperando ser oídos, ser escuchados. La familia debe acompañar y el colegio también. La educación debe estar preparada, la ley de educación integral debe reformarse. Hay niños y niñas que quedan por fuera de todo el sistema. Niños, niñas y adolescentes que están amparados por la identidad de género donde todavía hay lugares donde no se está cumpliendo. Entonces hay que empezar a quitar el estigma del cuerpo binario, del estereotipo del cuerpo que uno debe de tener por sentirse que la identidad de género es una cosa y que la orientación sexual es otra. Y ante todo se debe respetar el sentir de la otra persona”, así comenzó su relato la escritora de “Yo nena. Yo princesa”, donde cuenta la historia de Luana, su hija, una niña que a los 4 años eligió su propio nombre.

“Es un registro, un diario íntimo de la experiencia que estábamos viviendo. Era muy desesperante, empecé a escribir en el año 2011, cuando ni siquiera se hablaba de la ley de identidad de género y tenía una niña con genitales masculinos, que manifestaba su identidad femenina desde los 2 años. Eligió su nombre a los 4 y fue ahí donde llegué a la comunidad homosexual argentina, con la Lic. Valeria Paván, ella simplemente me dijo déjala ser, es una niña trans. Y ahí empezamos ese proceso de acompañamiento en el que Luana pudiera estar insertada en la escuela, por más que tuviera un documento que dijera que no era una niña. Hasta llegar a la ley de identidad en el año 2012, que empezamos con la lucha por el DNI para el reconocimiento de su identidad”, detalló.

Gabriela contó que su hija se manifestaba “con la palabra, con el cuerpo, y hasta somatizaba, se le caía el pelo, lloraba, no dormía, y lo decía, que era lo más importante”.

“Me dijo yo nena, yo princesa a los 2 años, cuando yo tenía mellizos varones y los criaba como nos mandan a criarlos. El mandato cultural que es muy potente, inamovible. La lucha fue contra la cultura, la lucha fue contra los saberes constituidos y contra la sociedad que realmente está dividida en celeste y rosa”, aseguró.

Convocar a la reflexión

Por último, la psicóloga Valeria Paván transmitió la necesidad de convocar a la reflexión a través de estas jornadas, y explicó: “Tenemos un cuerpo legal, incluso de vanguardia, que abarca todas las necesidades integrales de las personas trans. Tenemos que luchar para que esas leyes se cumplan, que la ley de identidad de género llegue efectivamente a las personas. En las charlas tratamos de plantear la necesidad de políticas públicas”.

“Necesitamos de alguna manera estimular la reflexión ciudadana para que este paradigma pueda transitar hacia un imaginario bastante más amplio donde entren todas las experiencias identitarias posibles, e incluso, que estemos preparados para nuevas posibilidades que aún no conocemos”, agregó.

Y cerró: “en definitiva lo que se trata justamente en esta segunda etapa es el trabajo con la cultura. Empezar a tratar de verdaderamente poner en tensión los saberes instituidos, lo que creíamos, nuestras expectativas respecto de  las personas. El género no es una linealidad como estamos acostumbrados a pensarlo. La identidad es una construcción, no tiene nada que ver con la biología, y esto lo podemos rastrear a lo largo de la historia del hombre”.

Antes de finalizar la jornada se presentó el documental “Yo nena. Yo princesa”, estrenado en Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI).

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