PERGAMINO, Enero 16.-(Semanario “El Tiempo” reproducción de PergaminoCiudad) La periodista pergaminense hizo el reclamo ante el INADI y próximamente hará lo propio en el Concejo Deliberante, luego de que no la dejaran ingresar junto a un grupo de personas a un pub de nuestra ciudad.
La discriminación entre seres humanos, es una de las conductas más repulsivas que pueda tener el hombre. Si hablamos de la Ley Federal dice que: Para Prevenir y Eliminar la Discriminación (1993) considera discriminación a “toda distinción, exclusión o restricción que, basada en el origen étnico o nacional, sexo, edad, discapacidad, condición social o económica, condiciones de salud, embarazo, lengua, religión, opiniones, preferencias sexuales, estado civil o cualquier otra, tenga por efecto impedir o anular el reconocimiento o el ejercicio de los derechos y la igualdad real de oportunidades de las personas”.
La periodista pergaminense Leticia Conti, quien actualmente trabaja en el Ministerio de Desarrollo Social local a cargo de Lisandro Bormioli y cumple además tareas como representante de prensa de la agrupación política Colina, denunció ante el INADI y en el Concejo Deliberante de Pergamino, un acto de este tipo, ocurrido poco antes de finalizar el año 2011, en el pub denominado Point, del que fue víctima una persona de sexo masculino y en su caso personal también. Brindó detalles de lo ocurrido.
Leticia Conti
-¿Qué fue lo que sucedió cuando ingresar a un pub de la avenida de Mayo?
-Sí, el día jueves antes de Navidad, con motivo de haber festejado el Día de la Militancia, posteriormente con un grupo de chicos militantes decidimos ir a bailar a ese lugar. Llegamos y a uno de los chicos del grupo no lo dejaron ingresar.
-¿Le expusieron el motivo?
-La excusa fue que no era cliente. Pero fijate que varias de las personas que estábamos ahí tampoco somos clientes. Es decir que no concurrimos a ese lugar todos los días de la semana, y sin embargo pasaron. Por lo cual todo hacía presumir, de acuerdo al historial que tiene este boliche al cual se le han presentado varias denuncias por discriminación, que este chico no era rubio y de ojos claros; por el contrario, tiene la piel morocha. Ante esa situación tratamos de entrevistarnos con los dueños del boliche pero nadie apareció. Entonces nos fuimos todos a tomar algo a una confitería contigua. Luego irónicamente pregunté: “Cómo es posible ser cliente de un lugar si no te dejan entrar”, para que me explicaran quien podía ser cliente y quien no, pero sólo recibí el silencio de las personas de seguridad.
-¿No fueron agredidos física o verbalmente en ningún momento?
-No, agresiones físicas no. El fin de semana siguiente concurrí nuevamente al boliche y entré. Pero al otro fin de semana, estábamos en la cola, pasan dos amigas mías y a un amigo y a mi, uno de los chicos de seguridad que no estaba presente el día que no dejaron entrar a nuestro compañero, me pregunta –y esto sí es violencia, es agresión- “¿Se te pasó el ataque de locura?”. Con lo cual pensé que me estaba confundiendo con otra persona y le respondí que no entendía porque me decía eso. Y me contestó: “Vos andás diciendo por ahí que nosotros discriminamos”. Allí la situación se puede tomar como poco clara porque ellos dicen que hacen lo que los dueños de la confitería les dicen que hagan; que la casa se permite el derecho de admisión y permanencia. E incluso agregó: “Nosotros cuidamos el nivel del lugar. Hay gente que tiene que ubicarse; que está más para Zodíaco (una confitería ubicada en San Nicolás Norte) que para Point. Yo le dije que no se puede discriminar a las personas por su apariencia física o por cuestiones religiosas, ideológicas, etcétera. Y además no hay ciudadanos de “primera” que pueden ir a Point y otros de “segunda” que pueden concurrir a Zodíaco. Es una cuestión de gustos, de pertenencia, de sentirse identificado con un lugar o no. O por lo que se quiere. Y nuevamente me dicen que se trata de ser clientes de ese lugar. Y allí la cosa se puso más rara aún.
-¿Por qué más rara?
-Me dice el chico de seguridad. Ese Bormioli (Lisandro) con el que vos andás, tampoco lo íbamos a dejar pasar. Simplemente entró (el día antes de Nochebuena) porque de adentro dijeron que lo dejáramos pasar.
-Por lo que vos decís, también se deduce que había un problema ideológico en la confitería, teniendo en cuenta que Lisandro Bormioli es político. ¿Qué pensás?
-Desde luego que sí. Incluso esta persona me abría y me cerraba la cadenita, con lo cual yo quería ingresar y me la cerraba. Otro gesto de demostración de poder. Me dijo también que había muchos boliches para bailar en la ciudad. Y le dije que positivamente no elegiría ir a este lugar pero iban todos mis amigos. De modo que no daba para ir sola a otro lugar.
-¿Presentaste la denuncia ante los organismos que corresponden?
-Sí, por supuesto. Lo hice ante el INADI donde funciona un 0800 las 24 horas para llamar a una dependencia de Derechos Humanos que se ocupa específicamente de accionar ante la discriminación en los boliches y brindan asesoramiento. En los meses que estoy nuevamente en Pergamino me he enterado de muchos actos de discriminación de este boliche con diversas personas. Hay mucha impunidad, son muy autoritarios. Creo que la sociedad pergaminense tiene que saber qué está pasando en esta confitería, cuáles son las pautas que ellos tienen para dejar entrar a las personas; y cuando se habla de la nocturnidad no