Daniel Scioli ha definido, luego de varias provocaciones, que era el momento de dar una respuesta. A diferencia de otras instancias, en que su Jefe de Gabinete salía al ruedo, esta vez el mandatario entendió que había que dar una señal. No todo debía ser tolerado en el cruce con el kirchnerismo ortodoxo.
Tal cual se anticipó en este mismo espacio, el partido de futbol no iba a constituirse sólo en un hecho anecdótico, e iba a producir algún tipo de reacción. En ese contexto, Scioli hizo gala de un gesto de autonomía que duró muy poco.
Tras su "imagen de cortesía" hacia el jefe de gobierno porteño y luego de que el vicegobernador Gabriel Mariotto diera su interpretación y emitiera un mensaje cifrado, Scioli aseguró que no debe dar más explicaciones sobre su lealtad. También dijo, aunque no en términos de salón, que no tiene que seguir dando demostraciones de su condición de oficialista todo el tiempo.
En su entorno señalan que "a Scioli se le puede adjudicar de todo tipo de limitaciones en la gestión, pero no su lealtad, la que ha demostrado incluso con decisiones y acciones que le provocaron costos políticos enormes".
Recuerdan, en ese sentido, la postulación para ser vicepresidente en 2007, cuando tenía servida en bandeja la posibilidad de ser Jefe de Gobierno Porteño y el alineamiento en favor de la 125 en el 2008, pese a sus nuevas relaciones con las entidades rurales.
Pero lo que más resaltan es haber acatado incondicionalmente su posibilidad de ser candidato testimonial a diputado nacional en 2009, dando las más risueñas explicaciones alejadas de toda lógica. Mientras esto ocurría, un tal Martín Sabattella, afirman, se postulaba para el Congreso de la Nación enfrentando no sólo al actual gobernador, sino también al propio padre del proyecto nacional como Néstor Kirchner.
No obstante estos hechos, algunos de los cuales le significó a Scioli una contundente derrota y una difícil recuperación política, desde el sector más alineado con la Casa Rosada, a través de un vocero calificado como Gabriel Mariotto, siguen las embestidas mediáticas.
Tras este choque mediático y político, Scioli y Mariotto se encontraron en un acto público en el cual se homenajeó a Néstor Kirchner. La ventaja comparativa del actual mandatario fue la de actuar como si nada hubiera ocurrido, pero, como muchos dicen, la procesión va por dentro. En el medio hubo una semana con una fuerte novedad en su salud, con intervención por un malestar renal que ni siquiera le da la posibilidad de tomar una licencia.
Scioli muestra la imagen de desamparo, en el sentido de no tener una tropa de escuderos hábiles y, a su vez, leales, como sí lo ha tenido en su primer mandato. Es posible que no sea el momento ideal, pero también es llamativo que ningún funcionario de primera o segunda línea esté integrando una batería de respuestas rápidas y de fuerte tenor reactivo.
Es posible que la táctica haya aconsejado que, por la tormentosa situación, haya que desensillar hasta que aclare. Pero más allá de los funcionarios, también hay legisladores e intendentes, cuyo silencio alimenta la incertidumbre acerca de cuál será su discurso cuando avance una mayor exigencia de definiciones.
Por lo pronto, en medio del receso legislativo, bueno es contactarse con intendentes, sobre todo aquellos que por primera vez acceden a un gobierno comunal, con lo cual están muy activos desde el día de su asunción.
Es para destacar el trabajo de hormiga del ministro de Infraestructura, Alejandro Arlía quien no deja de visitar municipios en el gran La Plata y en el interior procurando destrabar aquellas obras inconclusas que no requieren mayor financiación. Se supone que en medio de convenios y expedientes de licitaciones, Arlía hace mucho más que hablar de obras, sino que oficia de vocero de cuál es la visión a futuro en medio de estos fuertes debates internos.
Arlía intenta darle un tinte más sciolista a la gestión de obras públicas tras cuatro años en que Scioli se cansó de cortar cintas de obras exclusivamente promovidas por la Casa Rosada. Pero, por el momento no es mucho lo que puede ofrecer. A diferencia de otras gestiones justicialistas, o no se sabe mostrar o no se promueven los famosos planes quinquenales muy afectos al cotillón y folklore peronista. Hay que destacar que en medio de tanta sequía financiera, además de la agropecuaria, el funcionario resaltó que uno de los ejes proyectados es del de la vivienda, con lo cual se han generado importantes expectativas que desde distintos sectores se encargarán de supervisar.