Correo de Lectores

La falta de argumentos fuertes y el ser necio

Señor Director de PergaminoCiudad:
Señor Director de PergaminoCiudad:

Hoy en día en el mundo político que tenemos en la Argentina, al que muchos hacen referencia como una época de bipolarización entre kirchneristas y anti-kirchneristas y otros ven como un momento multipolarizado, ya que sí existe un oficialismo claro, pero no una oposición fuerte con una bandera clara ante la sociedad.

Esta oposición se encuentra dividida en muchísimos espacios, incluso partidos centenarios divididos en diversos espacios chicos y nuevos que representan poco lo que la sociedad necesita, ya que no pueden competir nunca electoralmente con el oficialismo, por su falta de presencia territorial y de representación.

Esto no quiere decir que estos grupos no militen por ideas que podrían resolver los problemas actuales, sino que la envidia, el individualismo, la necesidad de protagonismo, hace que la sociedad no se dé cuenta de la opción de cambio que se plantea y siga eligiendo al relato oficial; lo que en sí con esta falta de unidad clara de una alternativa de gobierno posible y representativa, hace que la parte de la sociedad que está en contra de las medidas del gobierno de turno, se declare anti-algo y no a favor de algo que pueda cambiar esta realidad y así estos grupos militantes y todos los que piensen distinto al oficialismo, se conviertan en anti-algo.

Y aquí surge un nuevo problema para la sociedad que puede derivar, si no se lo atiende a tiempo, en conflictos sociales muy tristes.

Este problema lo podemos divisar en las discusiones entre estas dos partes bipolarizadas que cuando discuten, reconocen sólo lo que ellos dicen y desmienten todo lo que la otra persona opina; a esto lo podemos llamar ser necio. Esto ocasionaría un enfrentamiento que a la larga puede llevarnos a graves conflictos sociales, por lo que debemos, todos los que nos demos cuenta de esto, construir un pensamiento medio que reconozca las partes buenas y malas de ambos sectores; para con ello poder armar una posición que calme estos conflictos y que represente a la gran mayoría de la sociedad, para así poder cambiar los problemas que verdaderamente asechan a la sociedad.

Este pensamiento sobre lo necias que se convierten las personas cuando le faltan argumentos fuertes y se basan solo en habladurías escuchadas en algún lugar, lo pude divisar claramente hace un par de semanas cuando me vi envuelto en una incómoda situación con un vecino que claramente defendía su postura oficialista, cuando yo le comenté que había pasado por la marcha del 8N y que veía en el oficialismo muchas cosas que no estaban bien. Así, rápidamente ellos comenzaron a defender al gobierno, disminuyendo, u ofendiendo a mi persona, convirtiéndome en un manipulado por el monopolio y anti-kirchnerista; mientras yo sólo les comentaba las medidas que no me parecían correctas del gobierno, reconociendo algunas posiciones encontradas; pero todo lo que decía me convertía solamente en un “pibe” que debía estudiar, que no debía dejarse guiar por el monopolio, además de que todo lo que yo decía era mentira y ellos tenían la verdad revelada. Así y sin poder encontrar un argumento digno, más que la ofensa al otro, el acusar de mentiras a todo lo que esté en contra de lo que ellos sostienen y de reconocer como verdadero su postura, terminó la discusión.

El suceso verdaderamente me dio mucha lástima y me hizo dar cuenta de la necesidad de una postura media y no solamente la de “soy ésto o estoy en contra”.

Lo mismo me permitió ver lo que gran parte de la oposición hace cuando ve todo mal y no reconoce ningún logro, que claramente se pudo ver en la primera marcha en septiembre contra el gobierno, donde la Presidente era lo peor y sus medidas las más perjudiciales al país. Aunque la idea central de la marcha era que ella los escuche y que reconozca sus errores, lo que veo muy bien y trascendente, ya que esto sería importantísimo para el momento actual de la Argentina.

Volviendo al ejemplo claro y que fue motivo de este texto, que es la situación vivida con el vecino que demostró lo que está pasando con el país entero, podemos decir que encuentra su causa en el ser necio, el creerse la persona que tiene toda la verdad y ver en el otro la nada misma, si está en contra de nuestra postura. Esto no debemos permitirlo, esto puede llevarnos a un conflicto social que no vale la pena; por lo que tendríamos que comenzar a construir una nueva posición que represente todo, lo malo y lo bueno de la sociedad toda, que busque romper con los individualismos y se centre en resolver los verdaderos problemas de la actualidad.

Julián Ventura

ventuju@gmail.com

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