Análisis

La necesidad de una nueva ley de agroquímicos

Por Marcelo Ruiz Díaz (*)

 

El control químico es la base para la protección de los cultivos contra las adversidades bióticas y de esta manera poder  lograr lo que se conoce con el nombre de el paquete tecnológico agro productivo  haciendo posible que esta zona (zona núcleo) este a la vanguardia en la producción agrícola a nivel nacional, que en definitiva genera las posibilidades de proyección actual productiva que  posee nuestro país  hacia los mercados altamente demandantes de alimentos a nivel mundial.

Hay que considerar que nuestro país cuenta con una ley de agroquímico promulgada en la década del 50 del siglo pasado, en la actualidad el sector dista mucho de aquel y  sobran motivos para aseverar que dicha Ley se encuentra desactualizada, de solo pensar que hoy por ejemplo existe lo que se conoce como agricultura de precisión donde el manejo de los lotes de producción se analiza por ambientes a la hora de la toma de decisiones, materiales transgénicos, siembra directa, uso masivo de glifosato, etc. .

Otro tema a considerar es la falta de uniformidad de criterio  cuando se comparan  las leyes provinciales en esta materia, como tema que pone en evidencia de ello son las zonas buffer o zonas en donde no se puede aplicar, que van de los 500 mts a los 1500 mts de la zona urbana a la agrícola, tanto para aplicaciones áreas  como terrestres.

Hoy en argentina como resultados de estudios y experiencias desde el sector y organismos técnicos sobran  fundamentos y criterios  para poder reformular  dicha ley de manera tal que genere un equilibrio entre  cuestiones ambientales y productivas, por un lado lo que significa el vacío legal o la falta de criterio al generar extensiones de hectáreas improductivas (zonas buffer) y por otro lado el caso extremo de falta de controles sobres aplicaciones ilegales exponiendo en todo los casos  la salud de las comunidades agrícolas.

A modo de resumen la  ley nueva, debería posibilitar:

-Zonas buffer razonables en cuanto a su extensión.

-Que los responsables en la aplicación puedan acreditar conocimientos (cursos, formación,etc).

-Que se cree un carnet  habilitante para el manejo de equipos de aplicación de agroquímicos.

-Que los equipos tengan la verificación técnica correspondiente y con renovación anual.

-Que exista el asesoramiento responsable del ingeniero agrónomo, no solo haciendo la receta agronómica correspondiente al caso, sino también interviniendo en dicho proceso.

-Que el municipio tenga la facultad de control y verificador de están pautas (poder de policía), generando ordenanzas alineadas a una nueva ley provincial y nacional en materia de aplicación de productos fitosanitarios.

Mirando al resto del mundo, por ejemplo en Europa las aplicaciones áreas están prohibidas, debido fundamentalmente al alto crecimiento demográfico, pero frente a ello en aplicaciones terrestres las zonas buffer son limitadísimas llegando en algunos países a los 10 metros.

El caso de EEUU y Canadá, existe una ley nacional que privilegia la producción agrícola en desmedro del crecimiento inmobiliario, no demográfico el cual se respeta en función con el crecimiento real de la necesidad habitacional por parte de dichas comunidades.

Los países parecidos al nuestro desde lo productivo como lo son Australia y Nueva Zelanda, no existen zonas buffer lo que hay en una enorme presión del estado en los que es el respeto a las normas de control y fuertes sanciones a las aplicaciones ilegales.

El espíritu de este artículo no es pretender trasplantar normas ajenas a nuestro sistema productivo por más que tengan resultados positivos en otros países, sino acorde a la actualidad tecnológica que vive actualmente nuestro sistema productivo.

También es bueno considerar que como sociedad es un buen síntoma que estos temas se debatan y se aborden lo más criteriosamente posible. No es el único camino la creación de una nueva ley en pos de mejorar la calidad de vida de las sociedades rurales, creemos que también el camino de la educación en estos temas harán posible generar con el tiempo conciencia critica colectiva y como consecuencia de ello conductas humanas más positivas sobre el entorno natural, transformando con el tiempo una utopía en realidad la cual es ser una sociedad más comprometida con el medio ambiente.

 

(*) Ingeniero agrónomo

Trabajo realizado por alumnos del tramo de formación pedagógica para técnicos y profesionales - Instituto Superior de formación docente y técnica N° 126.

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