En
su segunda visita a nuestra ciudad, autoridades municipales y provinciales,
profesionales, padres y público en general escucharon por más de tres horas a
este gran orador que habló sobre los analizadores del jugar, la importancia del
juego en la familia y los miedos básicos a los que se enfrenta el niño cuando
juega.
A
través de la transferencia de conocimientos y la calidez de su voz, Calmels
logró captar la atención del público presente donde defendió el tiempo que se
le debe dar al juego y donde explicó qué le sucede a un niño en el cual el
juego no fue protagonista de su infancia.
El
secretario de Promoción Social, Rubén Fernández; la directora de Educación,
Roxana Villafañe; y el psicomotricista Daniel Calmels, brindaron detalles
acerca de esta propuesta presentada el sábado pasado.
“Un verdadero lujo”
“Para
nosotros es un verdadero lujo que un profesional de estas características, un
especialista en el tema nos esté acompañando por segunda vez y esté trabajando
en nuestra comunidad”, aseguró Fernández en relación a la visita del escritor.
Y
explicó: “Hace casi cuatro años, cuando el Municipio tomó la determinación de
formar parte, y ser ciudad miembro de la Red de Ciudades Educadoras, se empezó
a pensar en un nuevo paradigma de funcionamiento de nuestros Centros de
Desarrollo Comunitarios (CDC) que son nuestros espacios de contención, de
formación y de inclusión, de nuestros niños y jóvenes. Basado en la pedagogía
urbana, se empezó a capacitar a nuestros docentes y directores, y a lo largo de
estos años se ha venido trabajando en la educación no formal, buscando entre
todos armar una nueva currícula para el funcionamiento de nuestros CDC. Es
nuestra aspiración que sea en forma definitiva como una política de estado,
para que perdure más allá de los gobiernos de turno”.
A
continuación, y haciendo referencia a que durante el viernes Calmels brindó un
taller a directivos y docentes de los CDC, el funcionario señaló: “Ante la
presencia de este especialista, trabajar puertas adentro con nuestros
compañeros de trabajo municipales, de nuestros Centros, nos parecía un
verdadero desperdicio, por eso hicimos esta convocatoria por segunda vez. Una
convocatoria que él por si mismo lo logra porque ha trabajado en este lugar,
con un lleno total en las dos oportunidades”.
Luego,
Villafañe agregó: “Hicimos un taller interno, para personal de Educación, de
los CDC y el Centro de Atención de Primera Infancia (CAPI), pero no queríamos
quedarnos solo en eso, por eso organizamos esta convocatoria abierta al público
en general, donde también asistieron profesionales de salud y educación, y
pudieron llevarse los beneficios que trae Daniel con la claridad, sencillez y
profundidad en sus conceptos”.
Al
tiempo que destacó: “Daniel no plantea una oposición de nuevas tecnologías y
los recursos que tenemos, sino el uso adecuado, y el otorgar el lugar adecuado
a cada recurso, y revaloriza la función del adulto en la corporización del niño
y en cuanto al jugar, desde el hacer, y no desde lo pasivo”.
Juego corporal
Por
su parte, Calmels reveló en qué consiste el juego corporal y todo lo que ello
implica: “Es un hecho cotidiano que el imperio de las pantallas reduzca el
tiempo que existe para jugar corporalmente, porque los niños, principalmente
los varones, juegan con las pantallas, lo que antes hacían corporalmente. Los
juegos de persecución y confrontación que las pantallas desarrollan, en este
momento no se desarrollando tanto corporalmente. Entonces, la tarea consiste en
pensar el jugar en la infancia. También hablamos de los miedos básicos, miedo a
la pérdida del contacto con el otro, la pérdida de la referencia visual, y a la pérdida del refugio, entonces eso se
juega corporalmente, y se juega en distintas culturas y de generación en
generación se va transmitiendo. Ese es un legado cultural, y en muchas
ocasiones vemos que eso se pierde como práctica social”.
“Jugar
es siempre la presencia de otro. Un otro cercano, un otro par, un otro
compañero de juego. El jugar permite algo que es muy creativo que es
introducirse en la ficción. Y jugar nos permite mentir sin engañar. El que
juega no engaña, pero a su vez miente. Porque lo que vemos que hay no es lo que
él realiza. Y permite hacer comparaciones que es un procedimiento mental muy
rico. Decir que un aro es una casa, o que un palo es una espada, implica ver
condiciones de uno y otro. La comparación siempre piensa más en las semejanzas
que en las diferencias, y crear un pensamiento comparativo es ver en positivo
lo que las cosas tienen en común”, expuso.
La pantalla
Otro
tema central de su discurso fue la pantalla y el tiempo que los niños le
dedican por día. Al respecto indicó: “La pantalla se introduce en un momento
particular de la sociedad en la cual la familia se ve convocada a diversas
actividades y trabajos, con lo cual se modifica lo que es la familia clásica,
en la cual había abuelos, una madre con más presencia dentro de la casa, en
tiempo básicamente, entonces crea una modificación de la vida social. Esta
modificación altera, de alguna forma, la crianza, si no se la reorganiza”.
Y
en relación a esta idea actual de que “el tiempo pasa a cumplir un valor”,
ejemplificó al mencionar que “cinco minutos hace 50 años no tenía valor, y hace
algunos años había un programa de televisión que hablaba de 30 segundos de
fama. Antes, 30 segundos era un tiempo inexistente, hoy 30 segundos tiene una
densidad enorme. El aceleramiento crea imposibilidad de reflexionar, de prever,
de anticiparse. El aceleramiento nos acerca al reflejo y no a la reflexión.
Entonces, la defensa del juego implica un tiempo particular. El juego no puede
acelerarse, no puede modificarse porque pierde la condición lúdica. Ante este
aceleramiento la familia accede a que entre algo que entretenga al niño, que es
la pantalla. Hoy en un restaurant podemos ver niños de dos años con una
pantalla, esto alivia la mesa, pero los corre a los niños de una ceremonia
tradicional de encuentro que es alimentarse en común. Compartir sabores más que
tragar”.
Hacer lugar al juego
Asimismo,
mencionó aquellos casos donde la familia no hace lugar al juego dentro de los
hogares y declaró: “A veces no se trata de desplegar un juego, sino tener algo
actitudinal, poder jugar con las palabras, no necesariamente es algo corporal.
Hay muchas familias que cumplen con las condiciones de higiene, las normas,
pero que no introducen lo lúdico. Un niño que está criado donde no hay
creaciones lúdicas, donde no hay juego, va a tener dificultades en su vida con
sus temores, no va a saber dónde ponerlos. El jugar, como el relato, nos da un
lugar para los temores. Si no está eso los temores están sueltos”.
“Sabiamente
y culturalmente siempre se le ha dado un lugar a los temores. Puede ser la
producción artística, puede ser el juego. Lo lúdico no solo es divertirse,
pasar el tiempo, sino que nos reasegura cierta confianza en nosotros mismos. La
base de la creatividad está dada inicialmente en el juego. El niño se muestra
creativo en el juego, es donde puede ensayar cosas, porque no lo puede hacer en
otras cosas. El juego le permite ese despliegue de sus potencialidades en el
jugar”, añadió.
Por
último, y brindando un mensaje a los padres, sugirió que “la tecnología tendría
que estar en el mismo orden de una cantidad de cosas que hay en la casa. La
función de la madre es regulatoria. En la casa hay chocolate, pero el niño no
está dos horas comiendo chocolate. Pero para poner límites uno tiene que tener
en claro sus propios límites. Algo tan sencillo como qué me genera molestia a
mí. La pantalla tiene que ser
acompañada, un niño no puede estar solo con una pantalla, tiene que acompañarlo
uno, y en segunda instancia regulada temporalmente. Debe haber un momento para
la pantalla que no es el momento de la comida. Puedo estar cansado y puedo
hacerlo, pero que no sea hábito. Un niño de 3 o 4 años no puede estar tres
horas en la pantalla. La pantalla no corporiza, no me exige cosas. Los
adelantos técnicos y científicos son fantásticos, el tema es ver cuál es el
lugar que ocupan en la crianza”. (www.PergaminoCiudad.com.ar)