PERGAMINO, Octubre 26.-(Semanario “El Tiempo” reproducción de PergaminoCiudad) Desde hace muchos años en nuestra ciudad es muy difícil para los asalariados acceder a una casa propia y la aparición de una oferta de construcción de viviendas familiares siempre abre una expectativa muy grande entre matrimonios jóvenes que se vuelcan masivamente a estos planes.
Estas ilusiones se transforman en frustraciones, impotencia y un montón de calificativos negativos cuando los integrantes de un plan de viviendas se enteran que lo que están pagando no se va a concretar. Y peor se ponen cuando advierten que fueron víctimas de un engaño después de pagar importantes sumas de dinero, que en muchos casos significaron endeudamiento con entidades bancarias, ventas de sus vehículos, ahorros de varios años.
Es lo que les pasa a un grupo de vecinos que actualmente llevan adelante demandas judiciales y denuncias penales por estafa contra la mutual Amucadi y su ex delegado local. Más de treinta familias pergaminenses se acercaron a la sede local de Amucadi con la ilusión de tener su propia casa atraídos por la oferta que se realizó en su momento en nuestra ciudad.
Por su lado, Amucadi inició una denuncia penal contra su ex delegado en el Juzgado Federal de San Nicolás la cual se derivó a
La voz de los damnificados
Ariel Serafini es reconocido en nuestra ciudad por su trabajo en la educación y en el Poder Judicial. Su caso es muy similar a los de otras treinta parejas que se sintieron perjudicadas. En dialogo con El Tiempo Serafini contó su caso. “En octubre del año pasado me enteré que Amucadi planificaba la construcción de un barrio de viviendas. Nos acercamos a las oficinas y nos atendió quien estaba designado oficialmente como delegado en Pergamino de esa mutual: el señor Marcelo José Tocalini.
Era una persona que no me inspiraba desconfianza y tampoco tenía comentarios negativos sobre él”. “En la mutual nos dijeron que se construirían más de 400 viviendas en un predio perfectamente individualizado de nuestra localidad.
Los integrantes del plan pagaríamos por nuestro lote y en julio de este año se iba a concretar la compra del terreno por parte de Amucadi para luego iniciar la construcción del barrio por parte de la empresa Reoca S. A. a través de un programa nacional de viviendas. Nos proponían una forma de pago accesible y el contrato no ofrecía demasiados cuestionamientos legales para hacer dudar de la seriedad de esta empresa”.
“El delegado de la mutual invocaba que las viviendas se harían a través de un Plan Federal, nombraba a altos funcionarios del gobierno municipal como que estaban gestionando este barrio y en su retórica nada hacía suponer que se trataba de un engaño y, por el contrario, en sus dichos parecía que contaba con el aval municipal, provincial y nacional”.
“Cómo parecía algo real firmamos el contrato en una escribanía de nuestra ciudad. Todos pagamos cinco mil pesos iniciales para acceder al plan y luego nos quedaban cuotas de unos 120 dólares. En mayo de este año Tocalini me llamó y me ofreció una oportunidad por demás de tentadora. Me dijo que ya le habían otorgado el Plan Federal, que en breve empezarían a construirse las primeras treinta viviendas y los que terminen de pagar la totalidad del terreno podrán elegir la ubicación de la casa”, seguía la proposición del delegado de la mutual.
“En total el valor del terreno era de 6.500 dólares. Yo no tenía el monto total para abonarlo y por ese motivo adquirí un crédito personal en un banco para pagar ese diner