PERGAMINO, Enero 07.-(PergaminoCiudad.com.ar) Aspectos salientes de la Campaña 2009-10 en el norte de la provincia de Buenos Aires. Los Ings. Agrs. Gustavo N. Ferraris (INTA Pergamino) y Fernando Mousegne (INTA San Antonio de Areco); en el marco del Proyecto Regional Agrícola de la Regional Norte de Buenos Aires elaboraron un informe de situación en la que se evalúan las condiciones climáticas en relación con la campaña precedente.
El trabajo indica que en la región Norte de Buenos Aires, la campaña 2009/10 esta mostrando un abrupto contraste con el ciclo precedente en cuanto al registro de precipitaciones. A modo de ejemplo, en la Estación Experimental Agropecuaria Pergamino del INTA, a partir del mes de junio las lluvias de 2009 sobrepasaron las de 2008, siendo máximas las diferencias en los meses de noviembre y diciembre (Fuente: Grupo Agrometeorología, INTA Pergamino). Las precipitaciones acumuladas en 2008 en el INTA Pergamino totalizaron 573 mm. vs 1122 mm. en 2009.
Durante los meses de noviembre y diciembre, las precipitaciones de 2009 superaron a la media de la localidad en 93,3 y 238,2 mm. respectivamente (Fuente: Grupo Agrometeorología, INTA Pergamino).
Implicancias en la producción de los cultivos
Maíz
Bajo condiciones hídricas no limitantes, normalmente el nitrógeno (N) se transforma en la principal limitante a la productividad del maíz. Agua y N interactúan de manera positiva, de manera tal que la abundancia de precipitaciones favorece la expresión de respuesta a la fertilización nitrogenada. Este comportamiento se produce por dos vías. En primer lugar, cuando la condición hídrica no es limitante, la Eficiencia de Uso de N Fisiológica (kgN absorbido/kg N aplicado) y Agronómica (kg grano/kg N aplicado) se incrementan, a la vez que se estimula el crecimiento y aumenta la expectativa de rendimiento del cultivo, haciendo lo propio con la demanda de N. Por otra parte, cuando el suelo alcanza niveles de saturación, la presencia de agua libre gravitacional favorece la lixiviación de N en forma de nitratos, especialmente en suelos Hapludoles como los que se encuentran en el Centro y Oeste de Buenos Aires. Cuando ocurre este proceso, la curva de respuesta a N hace necesario aplicar dosis mayores de fertilizante para mantener la expectativa de rendimiento.
El proceso de lixiviación es de escasa magnitud en suelos Argiudoles con desarrollo de horizonte B textural, donde la arcilla contenida en este horizonte subsuperficial detiene o al menos retrasa el flujo de nitratos en el perfil, permitiendo su absorción por el cultivo. Durante la primavera de 2009, en el norte de Buenos Aires las precipitaciones superaron los registros normales recién en los meses de noviembre y especialmente en diciembre, cuando la mayor parte de los cultivos alcanzaban estados vegetativos avanzados, y la absorción del cultivo se incrementa exponencialmente agotando el perfil de nitratos. Por este motivo, es probable que el inicio tardío de la temporada de lluvias atenúe la magnitud de las pérdidas por lixiviación durante esta campaña.
En un ciclo con precipitaciones frecuentes, es poco probable que exista volatilización de N. En este escenario, cobra mayor importancia el momento (preferible postemergencia frente a la siembra por riesgos de lixiviación) y la oportunidad de fertilización (riesgo de no fertilizar el cultivo por lluvias frecuentes y falta de piso), que otros aspectos tecnológicos como la fuente o la incorporación en el suelo, relevantes en los años secos. Es esporádico pero no extraño observar en la región lotes que no han alcanzado la oportunidad de ser fertilizados. En estos casos los síntomas de deficiencia de N que se pueden ver hoy a campo son muy marcados. Experimentos realizados por nuestro grupo de trabajo hacen preveer una reducción de rendimiento de al menos el 20% (Ferraris, Mousegne, 2008).
En relación al fósforo (P), la abundancia de humedad en el suelo favorece su asimilación por el cultivo, ya que incrementa la difusión hacia las raíces. En casos extremos, cuando se alcanzan niveles de saturación, hierro (Fe) y manganeso (Mn), dos de los principales cationes que fijan al P, se reducen pasando de (Fe 3+; Mn3+) a (Fe2+, Mn2+). Las fracciones de P unidas a Fe ferroso (Fe2+) y Mn reducido (Mn2+) son mucho más solubles que cuando estos compuestos están en estado oxidado, por lo que la disponibilidad de P aumenta. También se torna más flexible la tecnología de aplicación. Ensayos en curso durante esta campaña muestran similar crecimiento en tratamientos con P localizado y al voleo.
Durante la última primavera, se pudo observar una amplia difusión de la sintomatología de deficiencia de zinc (Zn), caracterizada por la presencia de bandas blanquecinas longitudinales en las láminas foliares. Un inicio de la temporada de crecimiento con bajas temperaturas medias y la aplicación de dosis crecientes de P, el cual crea compuestos de Zn temporalmente insolubles en el suelo favorecieron su aparición. La característica saliente de las últimas campañas es la aparición de síntomas en fechas de siembra tardía, en regiones ubicadas hacia el noreste de la zona considerada potencialmente deficitaria, y la permanencia de los síntomas en estadíos avanzados del cultivo. Pareciera relevante acentuar las investigaciones sobre este nutriente, a través de su monitoreo en suelos y la realización de ensayos regionales de respuesta a su aplicación, especialmente en maíz.
Finalmente, cabe señalar que el maíz “de primera siembra”, ya en estado reproductivo, es uno de los cultivos más tolerantes al exceso hídrico y anegamiento. La presencia de raíces adventicias por sobre la superficie, las características de su fructificación y una serie de adaptaciones de tipo morfológico, anatómico y metabólico permiten su supervivencia bajo saturación de humedad durante largos períodos de tiempo.
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