Solicitada

Las deudas se pagan, las estafas no


Para comprender el presente, siempre hay que hacer memoria. Hoy estamos siendo espectadores de una nueva vuelta de tuerca sobre la cuestión YPF y los recursos petroleros.


Durante los milicos, Martínez de Hoz y Suarez Mason se encargaron de endeudar en moneda extranjera a YPF sin justificación alguna. Fueron u$s 5.000 millones. El mecanismo de dominación por excelencia estaba en marcha. Sabían a quién prestarle, qué garantías había. Ese mecanismo hoy sigue rindiendo frutos, que paga el Pueblo argentino.


Los dólares nunca llegaron a YPF. Entraban al Banco Central y este le giraba a YPF pesos. El sentido del endeudamiento era sostener el experimento de la “tablita cambiaria”.


Cuando este experimento se agotó. El Banco Central, es decir los argentinos, les dimos un seguro de cambio a las empresas endeudas en dólares, o sea nos hicimos cargo de la fiesta. Fue la primera estatización de la deuda privada en moneda extranjera. Cavallo estaba al frente del Central.


Curiosamente o no tanto, la única empresa que no tuvo acceso al seguro de cambio fue YPF. Es que había una razón concreta para que ello sucediera. Había que asfixiar financieramente a YPF para justificar lo que vendría.


El interés no era solamente la privatización de YPF, sino y fundamentalmente los recursos en petróleo y gas de la Argentina.


Cuando, Cavallo y Brady mediante, se canjearon papelitos sin valor por bonos con los que se quedaron con el patrimonio público, YPF, Gas del Estado y las reservas de gas y petróleo eran la perlita del proceso.


En ese proceso le entregamos el principal yacimiento descubierto por YPF a los impresentables Bulgheroni y a los ingleses. Toda una definición.


Y en ese proceso aparece REPSOL, que en España no había encontrado ni agua, aquí gracias a YPF saca chapa de petrolera.


Esta REPSOL agota yacimientos, deja daño ambiental por todos lados. Esto no podía sostenerse y aparece en escena un nuevo personaje. Fruto de la entente Kirchner-Eskenazi-Repsol, le dan una nueva vuelta de tuerca. Hay que argentinizar YPF. El grupo Eskenazi compra sin plata hasta el 25% del paquete accionario. ¿Y cómo se compra sin plata? Muy sencillo, liberando el precio de los combustibles y permitiéndole a REPSOL canibalizar YPF, endeudarla y que gire todas las utilidades que pueda al exterior de la Argentina.


Cuando este proceso ya no daba para más, cuando la crisis energética era una ola que se veía venir, el Gobierno saca un nuevo conejo y desdiciéndose de toda su tradición privatista -recordar a Parrilli y la privatización de YPF-,  expropia el 51 % de la tenencia accionaria de YPF. Eso si el conejo no podía ser blanco, por eso rechaza de plano que YPF sea estatal. Había otros planes y para eso nos importan a Galuccio.


Dentro del proceso de expropiación estaba el procedimiento para determinar qué costaba ese 51%. Había que valuar a YPF, determinando su activo, su pasivo -nada despreciable por cierto-, teniendo especialmente en cuenta  que cuando se hable de reservas sean debidamente certificadas, no imaginarios paraísos petroleros, y también el pasivo por daño ambiental que dejaron los neocolonizadores de España.


Todo el funcionariado oficialista se desgañitó por los cuatro costados, que a REPSOL ni agua. Kicillof llevaba una de las pancartas.


¿Qué pasó para semejante vuelta de timón? Muy sencillo, apareció con toda su potencia el mecanismo de dominación por excelencia: la ETERNA DEUDA EXTERNA. La misma con la que se asfixió artificialmente a YPF, hoy pone de rodillas a los funcionarios; aquellos que la dieron por desaparecida,  hoy  se desdicen del desendeudamiento, piden la escupidera, se tienen que sacar la careta. Su irresponsabilidad en el manejo de los recursos fiscales los llevó a lo que era previsible. A pesar del relato, no hay dólares en el Banco Central. Lo que hay, está más que comprometido.


Y el primer paso para ir atrás de la zanahoria es arreglar con REPSOL, con aquellos que vaciaron YPF que saquearon los recursos de petróleo y gas. Y en este bajarse los pantalones, no le hacen ningún asco a violar la propia ley argentina; no tienen el coraje de enfrentarse al CIADI; no tienen ningún empacho en cargarle a las espaldas del Pueblo argentino una suma indeterminada, pero que puede ser del orden de los u$s 8.000 millones.


Claudicaron, están desesperados porque nos presten dólares y en esa desesperación, no dudan en someterse a los amos de la deuda. ¡Qué otra cosa puede esperarse de Boudou, Lorenzino, Bossio y cualquier otro de esa calaña!


 


Hay que oponerse a esta nueva vuelta de tuerca de la deuda. Esto se inicia con esta cuestión de REPSOL-YPF, pero sigue con el Club de Paris, los Fondos Buitres -¿quién está atrás del Fondo  Gramercy? ¿Quizás algunos argentinos?-, los reclamos ante el CIADI. Todo este proceso puede significar emisión de deuda por u$s 50.000 millones.


Todo por una promesa futura de nuevos préstamos. Ilusiones, solo ilusiones.


Por ello es importante tomar conciencia de lo que está pasando. Hay que oponerse a la claudicación ante REPSOL. Hay que pagar previo inventario, rechazar las pretensiones de los que nos estafaron, hay que ponerse de pie.


Por todo esto, digo:


¡Las DEUDAS se pagan, las ESTAFAS no!


 


Juan Aníbal ALBAYTERO


Proyecto Sur Quilmes


Mesa Dirección Proyecto Sur pcia Bs As


Integrante Corriente Nacional Emancipación Sur


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