Desde la Asociación de Mujeres Meretrices de Argentina AMMAR, queremos manifestar nuestro total apoyo a la gestión del Gobierno Municipal de la Ciudad de Pergamino en generar políticas de inclusión y dialogo.
Hemos tomado conocimiento del constante ataque mediático hacia los funcionarios de esa localidad que han decidido escuchar a las mujeres que estamos nucleadas en AMMAR y la CTA con la intención de ver como son resguardados los derechos que nos amparan ante la explotación y la discriminación que sufrimos.
Algunos medios de comunicación maliciosamente y de manera deliberada, tergiversan nuestros objetivos, mienten adjudicándonos objetivos que jamás perseguimos, desde una posición de pretendido feminismo, que oculta su verdadera visión autoritaria y paternalista.
NO ES CIERTO que se pretenda ver a las victimas de trata como Trabajadoras sexuales. Si en lugar de querer tapar nuestras voces atribuyéndose ser las veedoras de la moral y las buenas costumbres de la sociedad, se tomaran un minuto para escucharnos, entenderían que nosotras diferenciamos claramente a las personas víctimas de trata por un lado, personas que ejercen la prostitución en situación de explotación por otro (todas las que requieren de la atención del estado y su ayuda), y nosotras que de manera autónoma y voluntaria ejercemos el trabajo sexual para nuestro propio beneficio. Somos, dentro de este grupo, las mujeres quienes hemos decidido organizarnos en AMMAR, para defender nuestro derecho al trabajo, al ejercicio de nuestra actividad lícita. Nuestra visión es progresista, es cierto, pero NO ES REGLAMENTARISTA; el reglamentarismo es propio de posiciones sociológicas y jurídicas del siglo pasado, de tiempos en que el hombre como dominante era comúnmente aceptado por la sociedad. No queremos que quienes explotan el trabajo sexual ajeno sean los mal llamados “ empresarios” , sino que sean debidamente juzgados y encarcelados por el delito de proxenetismo.
Queremos ejercer el trabajo sexual de manera autónoma, pero para lograr esa autonomía, necesitamos que nuestra actividad sea regulada para garantizarnos el pleno goce y ejercicio de nuestros derechos sin injerencias de la policía, de los proxenetas, de las religiones o de grupos moralistas. Somos personas adultas y queremos el respeto a nuestro derecho a elegir nuestro propio proyecto de vida.
En los tiempos que corren, quienes ejercemos el trabajo sexual de manera autónoma un grupo variado de personas que no necesitamos ser rescatados/as, no necesitamos de la caridad de nadie, no venimos a pedir limosna, sino a exigir el respeto a nuestro derecho a elegir, a decidir por nosotros/as mismas la manera en que queremos conseguir el dinero que nos permita ganarnos nuestro salario.
Quienes ejercemos el trabajo sexual, no vendemos nuestro cuerpo, así como tampoco vendemos nuestras ideas y nuestros derechos a cambio de un rescate moralista.
Por más que grupos moralistas financiados por las grandes potencias extranjeras pretendan tapar aquello que prefieren no ver, nuestra actividad no dejará de existir, porque los tiempos de las prostitutas sumisas han quedado atrás. Hoy es el tiempo de quienes ejercemos el trabajo sexual, de hombres, mujeres y Trans, dispuestos/as a decidir por nosotros/as mismas qué camino tomar para ganarnos la vida.
Estos grupos que discuten las medidas del municipio en su supuesta lucha contra la trata, entienden que la trata de personas se ha inmiscuido en distintas actividades, pero resulta curioso que existiendo víctimas de trata en la actividad rural , no se pide el cierre de todas las granjas, por más que exista trata de personas en la industria textil, no se pide el cierre de todas las fábricas de ropa, y eso claro es así, porque se entiende con lógica que trata no es igual a industria textil, trata no es igual a granja. Pues bien, sería bueno que entendieran de una buena vez que trata no es igual a trabajo sexual autónomo.
AMMAR provincia de Buenos Aires