LA PLATA, Febrero 24.-( Por José Picón) En el gobierno de Daniel Scioli suponen que durante la semana que hoy se inicia deberían aparecer novedades en relación a la asistencia financiera que la Provincia viene pidiendo a la Nación para definir una oferta de aumento salarial a docentes y estatales.
Por eso en las últimas horas primó la cautela, el silencio frente a algunas críticas altisonantes llegadas desde sectores afines a la Casa Rosada y gestos de alineamiento con el proyecto de Cristina Kirchner.
La premisa en el sciolismo es evitar que se rompa el débil puente de acercamiento que se habría tendido con funcionarios nacionales en medio de una crisis financiera que mostrará su peor cara mañana, cuando unos 4,5 millones de alumnos bonaerenses no puedan comenzar las clases.
El propio Scioli, luego de algunas dudas, terminó encabezando un acto en el Club Atenas de nuestra ciudad preparado por los ministros más K de su gabinete. Allí reafirmó su fe kirchnerista. “No tengan ninguna duda de que voy a poner toda la lealtad y compromiso para seguir junto a este proyecto con Cristina Kirchner. Nación, Provincia y municipios permanecerán unidos”, señaló.
Pareció, incluso, una admisión adicional en busca de aventar sospechas de cara a la definición electoral: que su sector no avanzaría con la idea fogoneada en algunos sectores sciolistas de dar la pelea al kirchnerismo con listas propias en la Provincia.
Ese profundo baño de cristinismo fue acompañado de un repliegue táctico: luego de las declaraciones públicas que blanquearon la crisis financiera por parte de varios ministros y la apelación a la Nación para que salga en auxilio bonaerense, el silencio de radio invadió a la mayoría de las filosas lenguas sciolistas que suelen explotar en Twitter.
SIN DEFINICION
Esos gestos no alcanzaron aún para terminar de delinear una salida a la crisis coyuntural de la Provincia. Abundaban las versiones sobre un supuesto encuentro pautado para el martes entre funcionarios de ambas jurisdicciones, que sólo algunas fuentes se animaban a confirmar.
A Scioli le urge tener certezas para terminar de delinear una oferta de aumento de sueldos en busca de frenar una conflictividad sindical que se hará, de otra forma, inevitablemente creciente.
Los maestros no sólo no comenzarán las clases y otros gremios se sumarán al paro convocado por un sector de estatales y los médicos de los hospitales públicos. También pende sobre la cabeza del Ejecutivo la amenaza de más medidas de fuerza de los docentes y el fin de la tregua de otros sectores gremiales dialoguistas que podrían aportar al escenario de convulsión.
Por eso en varios despachos de la Gobernación se le asigna a los próximos días una enorme trascendencia.
Scioli aspiraría a tener encaminada la posible negociación para cuando el viernes próximo deba dar en la Legislatura el discurso de inicio de las sesiones ordinarias de ambas cámaras. Ese marco institucional y el tenor del discurso acaso marquen líneas de acción para el futuro.
Se sabe que el Ejecutivo comenzó a trabajar en los lineamientos básicos, en la arquitectura que tendrá la alocución. Por ahora se pidió a los ministros un breve resumen de las acciones realizadas y dos o tres medidas que piensan aplicar en los próximos meses con forma de proyectos o programas.
El martes habrá un encuentro de Scioli con algunos de los funcionarios que empezaron a garabatear esas líneas directrices. Pero los trazos políticos de la alocución terminarán por definirse el mismo viernes por la tarde.
Será una vez que Cristina haya hablado en el Congreso y luego de que en la Provincia se haya comprobado si el discurso de la Presidenta incluyó referencias poco amigables hacia la gestión de Scioli.
Acaso el viernes se escriba otro capítulo de esta historia recurrente de tensiones entre Scioli y la Nación. Como ocurriera hacia mediados del año pasado con la demora en el pago del aguinaldo hasta que la Nación abrió el grifo de fondos para cancelar esa obligación, el gobierno bonaerense aguarda que la solución no se dilate demasiado. Maestros, médicos, administrativos, enfermeros y alumnos, esperan lo mismo. (Fuente: EL DIA)